Tras la caída de Cataluña, el 10 de febrero de 1939 el Gobierno de la II República regresó a la Zona Centro-Sur, la porción de territorio español que todavía controlaba. Ante el peligro que para su seguridad suponía vivir en un Madrid donde era continuamente vigilado, el doctor Negrín –presidente del Gobierno- acabó instalándose discretamente en la denominada “Posición Yuste”, una finca de recreo petrerense, e intentó organizar una estructura gubernamental estable en torno a Elda que facilitase la resistencia. El fracaso de esta posibilidad, ante el golpe de estado del llamado Consejo Nacional de Defensa, precipitó el final de la guerra civil e incrementó el número de represaliados tras la contienda.
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