Los líderes, no los gestores, serán los únicos que superarán la prueba. Mientras tanto, los gestores frustrados seguirán tratando de mandar, ordenar y predecir un mundo que exige el trabajo en equipo, la sinergia y el "empowerment". Tratarán de hacer lo imposible; tratarán de adiestrar gatos. Y los gatos, como es sabido, no se dejan entrenar ni adiestrar. Los gatos, sin embargo, pueden ser persuadidos, inducidos, convencidos, adorados y dirigidos con mucha suavidad.
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