Francisco Javier Dosil Mancilla
El término “educación autónoma” no se halla a salvo de la tendencia actual a neutralizar la potencia subversiva de las palabras mediante la generalización y el uso excesivo. Si lo llegáramos a retirar de nuestro léxico para no contribuir a su vaciado semántico, perderíamos un valioso referente en la defensa de formas de vida no guiadas por las premisas neoliberales. ¿Qué hacer ante este callejón sin salida? La propuesta de este ensayo consiste precisamente en asumirla como callejón sin salida. Para argumentarlo, nos apoyamos en el sonajero aristotélico y en los saberes de resistencia cuya fórmula elemental sería el “preferiría no” bartlebiano.
The term “autonomous education” is not free from the current tendency to neutralize the subversive potency of certain words through generalization and excessive use. If we were to remove it from our lexicon so as not to contribute to its semantic emptying, we would lose a valuable reference in the defense of non-neoliberal ways of life. What to do in the face of this dead end? Our proposal is to assume it precisely as a dead end. To argue it, we rely on the Aristotelian rattle and the learnings of resistance, whose elemental formula is Bartleby’s response, “I would prefer not”.
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