Ángel M. Hernández Sobrino
, Emiliano Almansa Rodríguez
Los trabajadores de la mina de mercurio de Almadén (Ciudad Real) y de la mina de plomo de Arrayanes en Linares (Jaén) sufrieron un proceso de depuración al finalizar la guerra civil. Ambas minas eran regidas en esa época por el mismo Consejo de Administración, dependiente del Ministerio de Hacienda, y al término de la contienda fueron nombradas dos comisiones de depuración, una para Almadén y otra para Arrayanes, estableciéndose tres niveles de faltas: leves, menos graves y graves. En Almadén, el 54% de 2.550 trabajadores sufrió algún tipo de sanción, mientras en Arrayanes, cuya plantilla ascendía a 640 mineros, el porcentaje de sancionados ascendió al 76%. En la posguerra, el Consejo manejó a su antojo la situación de los depurados, pues mientras en Almadén readmitió a 72 expulsados a fin de aumentar la producción de mercurio, en Arrayanes no realizó ningún esfuerzo porque la mina de plomo era deficitaria.
Workers at the Almadén mercury mine (Ciudad Real) and the Arrayanes lead mine in Linares (Jaén) underwent a purging process at the end of the civil war. At that time, both mines were governed by the same Board of Directors, dependent on the Ministry of Finance, and at the end of the conflict two purification commissions were appointed, one for Almadén and the other for Arrayanes, establishing three levels of misconduct: minor, less serious, and serious. At Almadén, 54% of the 2,550 workers suffered some kind of sanction, while at Arrayanes, which employed 640 workers, the percentage of sanctioned workers rose to 76%. In the post-war period, the Council handled the situation of the expelled workers as it pleased, for while at Almadén it readmitted 72 expelled workers to increase mercury production, no effort was made at Arrayanes because the lead mine was loss-making.
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