El presidente del Partido Popular, José María Aznar, ha vuelto de las vacaciones descansado y con ganas de pelea. Pero como los políticos nunca descansan del todo, Aznar rompió el ocio de agosto con tres discursos muy percutientes, pronunciados ante sus seguidores de Castellón y de Valladolid. El resto del tiempo lo ha dedicado al deporte y a la lectura. Un fotógrafo le sorprendió en Levante cuando hacía una modesta etapa de cuatro kilómetros para llevar a su hija una "mountain bike" recién comprada: era una metáfora de lo que le espera en esta Legislatura, tras haber superado en las últimas elecciones los techos electorales del centro derecha, con más de ocho millones de votos, pero acabar vencido en la recta final por Felipe González...
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