Unas piernas sugerentes, una voz rasposa, un mito que incluye su propia decadencia: Marlene Dietrich, que inventara Josef von Sternberg y que Hollywood remodelara, nos sigue cautivando desde estas páginas en las que José de la Colina la recuerda cantando para siempre, en "El ángel azul": "¡Estoy de los pies a la cabeza hecha para el amor!".
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