Según las estimaciones de Asimelec, los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos generados en España alcanzan las 240.000 toneladas y cada año crecen un 12%, lo que supone un problema ambiental cuya solución requiere planteamientos singulares debido a su heterogeneidad, las características de sus componentes y la dispersión geográfica. La Directiva 2002/96 establece que, a partir de agosto de 2005, los fabricantes financiarán los costes de recogida y reciclado de estos aparatos, pero el borrador de Real Decreto de Transposición de la Directiva sobre Gestión de Residuos a la normativa española, tal y como está redactado, plantea serias preocupaciones a un sector que advierte de su negativo impacto sobre la competitividad y el futuro de esta industria.
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