Las presas y sus embalses son imprescindibles para la supervivencia de las poblaciones fundamentalmente en las ciudades. Cuanto mayores son éstas, mayores resultan sus necesidades de agua. En un territorio como el de España con una pluviometría muy irregular, un terreno con fuertes pendientes y en muchos casos muy impermeable, el vaciado de las cuencas es muy rápido por lo que la necesidad de guardar el agua es mucho mayor. La construcción de embalses ha obligado a desalojar pueblos e inundar valles lo que ha generado afectados y opositores a los embalses especialmente entre los que han sufrido la expulsión de sus tierras o han considerado que las compensaciones recibidas a cambio no eran proporcionales o no compensaban el daño sufrido. Con la llegada de la democracia y el pretexto de la defensa del medio ambiente las declaraciones de impacto ambiental (DIA) se han convertido en una potente arma para luchar contra cualquier actuación que transforme la naturaleza sus procedimientos han sido utilizados por administraciones y asociaciones para influir en la toma de decisiones, ya sea para invertir un dinero público o para no hacerlo. Se analiza el poco rigor de las DIA y de los procedimientos.
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