Resumen de Una habitación en el Drina
Este escrito fue precipitado por un viaje, pero ya venía fraguándose antes, intercala- do con una amplia suerte de reflexiones abstractas. Así transcurrió el verano, por un pasillo de imágenes y ecos, no exento de algún fantasma. Este texto es pues un viaje dentro de otro, rehaciendo la experiencia estival con retazos de conversación, imágenes de momentos vividos y meditaciones de dos largos meses. Ante todo, se trata de un pequeño ensayo sobre los eslavos, sobre los Balcanes como maqueta de Occidente. Y también sobre la religión, la singularidad serbia en Europa, el estruendo y el silencio. Más una inevitable reflexión sobre la soledad y la relación. ¿Demasiados temas? No, sólo hay uno, pero dejo al lector la tarea de darle un nombre.
¿Un ensayo desde el laboratorio “mundial” que es la antigua Yugoslavia? Por supuesto, exagero, pero la aparente “exageración” es un gesto fundamental del pensamiento. Sin ella no se captan los signos, no salimos de la media aritmética, ni se descubre la línea general de una deriva lenta de las cosas, con frecuencia soterrada. El viaje acaba cuando terminas esta memoria. Sólo entonces regresas. Aunque de un auténtico viaje nunca se vuelve, pues te ha convertido en lo que no eras.
