Colombia
Nadie ha logrado explicarme de manera convincente por qué a los soldados de plástico de mi infancia todo el mundo los llamaba "indios". Algunos me dijeron que las figuras que representaban a los indios debían haber sido las más numerosas y populares desde el comienzo y que, por esta razón, el término que los designaba se había extendido a toda esta clase de juguetes. Otros propusieron la hipótesis de que el nombre en cuestión había adquirido tanta aceptación debido a que en aquella época, en Rumanía y en otros países comunistas, los wéstern gozaban de gran éxito. También hubo quienes plantearon la hipótesis de que una elección semejante había sido influenciada por las lecturas de los niños de entonces, orientadas hacia el mundo del Oeste salvaje gracias a las novelas de Karl May y James Fenimore Cooper.
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