Carlos Marcelo Moroni, Zandra Enyd Covarrubias Quintero, Lucio Abdiel Olmedo Espinosa, Amy Marisol Ham Clark, Luis Kener Mex Balam
La conducta agresiva se caracteriza por ocasionar daño a las personas, los animales y los objetos. Es el resultado de una secuencia asociativa compleja en la que influyen procesos conductuales, cognitivos y de aprendizaje. Por otro lado, la salud espiritual significa un estado de bienestar, en armonía con aquello que considere sagrado o superior a él, consigo mismo, con sus semejantes y con la naturaleza. El objetivo de esta investigación fue explorar si existía diferencia en los niveles de salud espiritual y de conducta agresiva entre un grupo de personas que profesan la religión adventista de séptimo día y otras que tuvieran alguna otra o ninguna religión. Este estudio fue de tipo cuantitativo, transversal, ex post facto, comparativo y descriptivo. La muestra estuvo conformada por 160 adultos de diferentes regiones de México dividido entre adventistas (n = 112) y no adventistas (n = 48). A partir de este estudio se puede observar que existe diferencia estadísticamente significativa de la salud espiritual y de la conducta agresiva entre los grupos que profesan la religión adventista y los que no lo hacen. Se discute cómo las personas que profesan la religión adventista hacen uso de prácticas espirituales con la finalidad de enfrentar la conducta agresiva.
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