Miguel Equihua Zamora, Nashieli García Alaniz, Octavio Miguel Pérez Maqueo, Griselda Benítez Badillo, Melanie Kolb, Michael Schmidt, Julián Equihua Benítez, Pedro Maeda, José Luis Álvarez Palacios
El desarrollo sustentable requiere preservar la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas naturales, es decir su integridad. En este capítulo mostramos que es posible desarrollar instrumentos operativos para cuantificar la “integridad ecológica” y desarrollar normas viables para gestionar la intervención humana en los ecosistemas y favorecer la conducción del desarrollo a lo largo de rutas de sustentabilidad. Para ello se requiere lo siguiente: 1) un marco conceptual operativo para evaluar el impacto de las actividades humanas sobre los sistemas naturales y 2) medidas para mantener la tensión ambiental de origen humano dentro de límites aceptables mediante la preservación de espacios suficientes con ecosistemas funcionales. Revisamos el concepto de integridad con el fin de proponer una definición operativa y discutimos las ventajas de la inteligencia artificial, en particular el “aprendizaje de máquina” como estrategia de modelación y medición. Encontramos que en la caracterización de integridad es útil reconocer un gradiente de referencia desde los menos naturales (las áreas urbanas), hasta los silvestres. Discutimos el potencial de la pro- puesta para México identificando las estrategias para su implementación así como implicaciones de potencial interés como el vínculo con el bienestar social y situaciones contrastantes como el tratamiento de los ambientes urbanos. Si bien las ciudades no tienen la biodiversidad, naturalidad y resiliencia ecológica de los ecosistemas prístinos, es posible encontrar estándares razonables de naturalidad dentro de la traza urbana asociados con la generación de condiciones de bienestar humano que afecta directamente a cerca de 75% de la población de México actualmente.
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