Adriana Cid persiste en su fascinación por la obra del cineasta Gustavo Fontán en un estudio sobre el díptico que este realizador produce duran-te la pandemia de COVID 19. Conformado por cuatro cortometrajes, este políptico en dos partes articula en la primera de ellas una “cartografía de repliegue”, como nos dice Cid, mientras que en la segunda se concreta el esperado –aunque titubeante– retorno hacia el afuera más próximo y hacia la naturaleza. Fontán, cuyo cine se inscribe en lo que se denomina “cine de poesía” o “cine lírico”, continúa aquí con un trabajo que suscribe al género del neo-documental, al que recurre para explorar el tiempo suspendido y la conciencia de vulnerabilidad que fueron la marca del confinamiento duran-te la pandemia.
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