Sergio Andrés Ramírez Figueredo
Los riesgos del espionaje tradicional, donde ciudadanos extranjeros o nacionales efectúan contacto con agencias de seguridad o actores no estatales extranjeros, representan posibles caminos para la fuga de información del Estado, así como una vulnerabilidad ante potenciales daños a efectuarse en el territorio nacional, sea contra activos estratégicos, ciudadanos nacionales o intereses foráneos presentes en Colombia.
Las medidas normativas en Colombia, consignadas en el Código Penal, Ley 599 del 2000, estipulan la aprehensión de todo individuo o grupo de estos, detenido y juzgado por comprometer secretos de carácter vital para la seguridad del Estado. La arquitectura del Estado Social de Derecho, definida por la Constitución Política de 1991, exige la primacía de los parámetros de derechos humanos y DIH, como principio de legalidad que se extiende a casos de espionaje ejecutados por connacionales y extranjeros.
La prevención ante el ingreso o eventual trámite de expulsión a ciudadanos extranjeros acusados por acciones de espionaje son potestad de Migración Colombia; los cuerpos de inteligencia y contrainteligencia nacionales ejercen funciones de rastreo, prevención y monitoreo de eventuales focos de infiltración de actores externos o internos, pero el manejo último tanto de la situación de permanencia o status jurídico de los ciudadanos extranjeros acusados por espionaje son ámbito de la agencia de Migración y del sistema judicial encargado de definir la acción penal.
En consecuencia, el objetivo de investigación apunta a observar cómo coexisten la esfera garantista del DIH y los compromisos de Seguridad Nacional ante el fenómeno del espionaje en Colombia; ante lo cual como hipótesis se considera que el carácter disperso del contexto normativo encargado de tipificar tales actividades, afecta la aplicabilidad de medidas penales, de tal forma que el camino resolutorio es la activación de protocolos de expulsión del individuo o grupos de extranjeros relacionados con casos de espionaje.
The risks of traditional espionage, where foreign or national citizens make contact with foreign security agencies or non-state actors, represent possible ways for the leakage of State information, as well as a vulnerability to potential damage to be done in the national territory, whether against strategic assets, national citizens or foreign interests present in Colombia.
The normative measures in Colombia, set forth in the Penal Code, Law 599 of 2000, stipulate the apprehension of any individual or group of individuals, arrested and tried for compromising secrets of a vital nature for the security of the State. The architecture of the Social State of Law, defined by the Political Constitution of 1991, demands the primacy of the parameters of human rights and IHL, as a principle of legality that extends to cases of espionage executed by nationals and foreigners.
The prevention of the entry or eventual expulsion of foreign citizens accused of espionage is under the authority of Migration Colombia; the national intelligence and Counter intelligence bodies carry out functions of tracking, prevention and monitoring of possible infiltration by external or internal actors, but the ultimate management of both the situation of permanence or legal status of foreign citizens accused of espionage is the responsibility of the Migration agency and the judicial system in charge of defining the criminal action.
Consequently, the research objective aims to observe how the guaranteeing sphere of IHL and the commitments of National Security coexist in the face of the phenomenon of espionage in Colombia; in view of which as a hypothesis it is considered that the dispersed nature of the normative context in charge of typifying such activities, affects the applicability of criminal measures, in such a way that the decisive path is the activation of protocols of expulsion of the individual or groups of foreigners related to cases of espionage.
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