“Ser y estar humanos, es sinónimo de ser y estar vulnerables, de manera única y proverbial, tanto en lo natural como en lo primordial”[1]. "¡Nos hemos concentrado mucho más en el ser, y no, en el estar… en el estar… en el estar en el planeta…en el cosmos!"[2] Adán y Eva, y nosotros su linaje de altilocuente y rimbombante civilidad, somos malditos por mitología, y quizás por ello en venganza “caínes falsamente inconscientes” que hemos maldecido, al Edén verde-azul (cloro-ceruleo), que transita en la magnificente interrogante que llamamos Cosmos.
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