Resumen de La autopista de la ira: Valencia: indignación tras la riada
Sangre, sudor y barro. Ocurrió en 1982, volvió a suceder en 1987 y en cualquier momento puede repetirse de nuevo. La autopista A-7, a su paso por la vega del Júcar, en Valencia, actúa como dique de contención cortando el paso natural de las aguas hacia la albufera y al mar. Sus escasos aliviaderos, la ausencia de pantanos reguladores en la cuenca alta del río, la deforestación de los montes cercanos y la ya crónica dejadez política en la defensa contra las riadas, mantienen con el agua al cuello a una de las regiones más ricas de Europa. Los valencianos dicen que la autopista es la causante de la enfermedad, y que nada mejor que unas oportunas pastillas de dinamita... para aliviarla.
