La Clínica Universitaria de Pamplona es el nuevo hogar de don Juan de Borbón. Allí, entre batas blancas, esporádicas salidas al campo y las visitas de su familia y amigos discurren sus días. Soporta con estoica entereza las curas diarias en una carrera contra la necrosis que trata de abrirse paso en su castigada garganta. La "corte" de don Juan la componen tres fieles colaboradores, su ayudante, el capitán Teodoro Deleste; su secretaria, Rocío Ussía, y Jesús, su ayuda de cámara. El tratamiento que recibe consiste en curas y muy pocos fármacos y no se le ha aplicado quimioterapia ni radioterapia.
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