Montserrat Olvera Grande, Edgar Belmont Cortés
En este artículo reflexionamos sobre la experiencia social y las subjetividades que se crean en el proceso de envejecimiento y en la vejez. Sostenemos que el respeto y el valor que se asigna a las personas envejecidas (y a los colectivos) sugiere, en principio, la construcción de una imagen positiva sobre sí mismos, pero esta construcción está sujeta a un conjunto de condicionantes que deben ser observadas a partir de la trayectoria, la posición y las relaciones que posibilitan, en mayor o en menor grado, el reconocimiento social (Honneth, 2006, 2010).
La fragilidad de los vínculos sociales asociado a la inseguridad, el miedo o el maltrato afectan la confianza, la integridad física y afectiva de las personas viejas y, por tanto, el reconocimiento social. Desde la experiencia de personas envejecidas en Tlaxcala, con edades entre 60 y 85 años, exponemos que la lucha por el reconocimiento social de las personas viejas se apoya en la construcción de espacios de solidaridad, apoyo y cuidado mutuo, y en los vínculos comunitarios. Subrayamos la importancia de los vínculos comunitarios para crear espacios de solidaridad en el marco de una crisis societal atravesada por los procesos de precarización de la vida y por el retraimiento de la protección social.
A reflection about social experiences and the subjectivities that are created during the aging process and in old age is presented. We maintain that the respect and value assigned to older persons (and their collectives) initially suggests the construction of a positive image of themselves, however this construction is attached to a set of determinants that should be observed in the light of the life trajectory, position and relationships that enable, to a greater or lesser extent, social recognition (Honneth, 2006, 2010).
When the weakness of social bonds is associated with insecurity, fear, or mistreatment, affects the sense of trust, physical and affective integrity of the older persons and, consequently, social recognition. Based on the experience of older persons whose ages range from 60 to 85 years, that live in Tlaxcala, the article set forth that the struggle for social recognition of the older persons is grounded on the construction of spaces of solidarity, social support, and mutual care, and on community bonds. We emphasize the relevance of community ties for creating spaces of solidarity in the context of a societal crisis characterized by processes of precarization of life and the dismantling of social protection.
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