Alicante siempre ha sido una tierra fértil, donde los tomates se cultivan gracias al sol y al buen aprovechamiento de la escasa agua. El tomate de invierno, trabajado intensivamente en nuestra provincia para la exportación a Europa, inició su camino a principios de la década de 1950, con semillas provenientes de Canarias, una variedad muy del gusto inglés. Este cultivo se inicia entre Mutxamel y Sant Joan d'Alacant, en pleno corazón de la huerta alicantina, así como también en Novelda, extendiéndose hacia otros municipios del Vinalopó como Monforte del Cid y Elche.
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