La globalización y la emigración se consideran como dos fenómenos de nuestra época que unas veces están ligados, otras en oposición y en ocasiones discurren de modo paralelo. Ambos presentan ciertas confusiones, paradojas, incongruencias, contradicciones y un largó etcétera de vocablos que creo sirven para reflexionar sobre afinidades y diferencias. Adelanto de que los problemas sociales difícilmente pueden resolverse como los matemáticos salvo en escasas y muy raras ocasiones. Los incógnitas que plantea la vida cotidiana de los individuos y de los grupos a que pertenecen o no suelen estar interrelacionadas, lo que impide su identificación en la práctica, o al menos el que no sean discernidas con claridad. A pesar de todo esto y de las muchas y variadas estrategias que puedan desarrollarse, lo que está claro es que pueden servir para el exploración de los temas afectados por el fenómeno que hoy consideramos como global, d sus exigencias y de las cuestiones que plantea. Por estas razones, voy a centrarme en un fenómeno que afecta a todas las sociedades de hoy, sean de la religión que sean y aspiren a esto o a lo otro. Me refiero a la aparición de las migraciones, que es a la vez global y que está presente en cualquier sociedad. La búsqueda de un salario y de un sustento digno es uno de los ingredientes culturales de nuestro mundo; igualmente, es una variable económica que dará juego y numerosas reflexiones a corto plazo por lo menos. Los movimientos masivos de personas no son de hoy. La imagen puede dibujarse desde muy antiguo en el horizonte de la Historia, pero la novedad es que antiguamente el empuje se hacia con criterios bélicos y ocupacionales de una territorio extraño, que asentarse en el mismo para lograr vivir en él sin necesidad de manifestaciones guerreras. Es más, las migraciones representan ahora mismo la interrelación más cuantiosa a nivel internacional en cualquiera de las regiones de La Tierra. Los desplazamientos de gentes de un sitio para otro tienen dos puntos de contacto generales:consecuencia de un primer cambio general;generan una serie de modificaciones posteriores tanto en las sociedades emisoras como en las receptoras. El éxodo masivo engendra diversas imágenes, unas que están a la vista como el que la fuerza de trabajo de un lugar se desplaza a otro, lo que no deja de ser un impacto negativo para la región emisora porque los individuos de la misma conocen culturalmente cómo deben responder a esta u aquella pulsión. Esa impresión obliga a una reformulación de muchas estrategias porque afecta a los vínculos sociales, a la cultura, a la política regional, nacional e internacional. Una de las primeras consecuencias de todo esto es que el paisaje elegido se puebla de etnias que otrora no conoció, después aflora el mestizaje en cualquiera de los sitios donde halla emigrantes y más tarde se modificará en mayor o menor grado, pues eso depende también de varias causas, la transformación de las identidades, incluso las nacionales por más que digan estar arraigadas o que son puras desde el punto de vista racial. Ejemplos tenemos luego para todos los gustos
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