Lo rural y lo urbano definen la cotidianidad de la población negra en Colombia. En ambos espacios se practican y se recrean costumbres que hacen parte del día a día; en ambos espacios, encontramos diversos ejes que la caracterizan y que se mezclan con las costumbres de otros grupos étnicos formando el entramado de las relaciones sociales, familiares y de producción. Las poblaciones negras de las zonas rurales mantienen el contacto permanente con su territorio, generalmente con sus fincas o con los territorios colectivos donde las relaciones familiares extensas o nucleares son fundamentales para mantener el grupo familiar. Es el caso del norte del departamento Cauca, zona de poblamiento negro, ubicada al sur del país. La vida de las familias de la región que aún conservan las fincas tradicionales de auto abastecimiento o de producción para los mercados locales, discurre entre la atención a sus fincas y la combinación de estas actividades con otras realizadas en la zona que permitan ingresos extras. Este caso que se presenta especialmente para la población más joven quienes, se desplazan a las ciudades cercanas o al casco urbano más próximo a desempeñar diversas labores. En el ámbito urbano, cuya presencia inicial obedece sobre todo a procesos migratorios, la población negra se vincula a las dinámicas de la ciudad y al proceso de cualquier migrante, esto es, adaptarse al medio que llega y para ello, ubicar un trabajo que permita cubrir las necesidades diarias: vivienda, alimentación, vestido, educación, etc. Las formas de subsistencia la representa el sector informal y de servicios: ventas ambulantes de todo tipo de víveres, construcción, servicio doméstico, policías rasos y los menos, en actividades profesionales como las docentes. Sin embargo, pese a las condiciones similares que puedan tener con otros grupos de población, en ambos espacios, nos encontramos con situaciones particulares y que se repiten en cada región con presencia negra, directamente relacionadas con la discriminación racial y con el uso de conceptos y creencias heredadas del período colonial y los inicios del republicano. Las salidas más inmediatas consisten en ocupar los puestos de trabajo que son vistos como degradantes y designados a quienes no cuentan con la capacidad y educación necesarias o a los considerados como minorías étnicas y raciales, como sucede en el área del servicio doméstico1. Aunque esta situación se presenta, muchos hombres y mujeres ven en el desempeño de estas actividades la salida más inmediata de conseguir ingresos económicos, p.e. "las mujeres chocoanas que trabajan como empleadas domésticas generalmente dejan el Chocó por razones económicas, por una combinación de dificultades en el hogar y por la posibilidad de ganar algún dinero en Medellín: enviar giros a casa es una práctica común"
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