La centralización del capital financiero se sitúa en el centro de la reorganización del sistema mundial. La lucha económica, por su mayor carácter acumulativo frente a la lucha política, estructura las actividades económicas en centrales y periféricas, convirtiendo la movilidad en un requisito de la supervivencia de las élites económicas. La globalización de la economía está derivando en una agrupación de países deudores y de acreedores (Arrighi, 1999). Los primeros son objeto de fuertes condicionamientos sobre su estatalidad, y se ven obligados a conducir su soberanía económica y política en función de la necesidad de los beneficios externos, debiendo regular las condiciones sociales y laborales en el interior de sus fronteras para mediar los mismos, constituyendo bolsas de trabajo para la reserva de los países centrales. Esta centralización del capital mundial impone sobre los movimientos antisistémicos el desplazamiento industrial intensivo hacia la semiperiferia de la economía-mundo capitalista y la desnacionalización de esas bolsas de trabajo. En consecuencia, los movimientos populares que cuestionan la acumulación sobrepasan sus fronteras en un intento por suprimir las presiones derivadas de las relaciones del sistema interestatal. En este contexto, el trabajo pretende describir algunos procesos que apuntan hacia la debilidad del Estado de México para gestionar el funcionamiento de la economía-mundo capitalista, hasta llegar a la descomposición y erosión de su autoridad. Como veremos, el intento por mantener el poder mediante planes y proyectos está sufriendo los desvíos de varios niveles, desintegrándose su legitimidad y autoridad. No sólo disminuye el control sobre la sociedad civil mexicana, sino que este debilitamiento como centro organizador del desarrollo de la economía-mundo capitalista se traslada ante el sistema interempresarial, las transnacionales. En este sentido, es de esperar la consolidación de la protesta de los más desaventajados, reflejando las contradicciones del sistema interestatal y del interempresarial. Para ilustrar este dinamismo de la economía-mundo capitalista, observaremos las nuevas relaciones del Estado de México, las derivadas de la integración económica que se producen en el seno del TLC (Tratado de Libre Comercia de América del Norte) y las derivadas del tratamiento de los movimientos y protesta populares, específicamente la revuelta chiapaneca
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