Resumen de Los uigures y el dragón chino en la encrucijada (reedición)

Javier Fernández Aparicio

• español

  Los uigures, etnia de origen túrquico y religión musulmana de la provincia china de Xinjiang, fueron incorporados a la República Popular China en 1949. Desde entonces, la política de Pekín ha oscilado entre una tolerancia «controlada» de su autonomía y costumbres a la integración forzosa en el proyecto de unidad nacional, incentivado con la emigración masiva a Xinjiang de los hanes, chinos étnicos que hablan mandarín y que integran las élites respecto a los uigures. Aunque ya venía de antes, la situación de estos se agravó desde los atentados terroristas en Urumqi de 2014. Precisamente, la lucha contra el terrorismo sigue justificando la represión sobre el pueblo uigur, con evidencias y denuncias internacionales de múltiples violaciones de derechos humanos. Por su parte, Xinjiang alberga recursos naturales de interés estratégico para China que hace que el actual Gobierno de Xi Jinping controle aún más férreamente a los uigures, lo que incluye una sofisticada tecnología biométrica.

• English

  The Uyghurs, an ethnic group of Turkic origin and Muslim religion from the Chinese province of Xinjiang, were incorporated into the People's Republic of China in 1949. Since then, Beijing's policy has oscillated between a «controlled» tolerance of their autonomy and customs, to a forced integration in the project of a national unity encouraged by the massive emigration to Xinjiang of the Hanes, an ethnic Chinese group who speak Mandarin and who make up the elites unlike the Uyghurs. Although it had already occurred before, their situation has worsened since the terrorist attacks in Urumqi in 2014.

  Precisely, the fight against terrorism continues to justify the repression against the Uyghur people, with evidence and international complaints of multiple human rights violations.

  For its part, Xinjiang has natural resources of strategic interest to China. It makes that the current Xi Jinping government controls the Uyghurs even more tightly, including through sophisticated biometric technology.