En este artículo se presenta una caza de brujas que tuvo lugar en seis localidades del Somontano de Barbastro. La mayor parte de los hechos se produjeron en 1601. En Peraltilla dos mujeres y un matrimonio hicieron testamento estando presos o condenados a muerte. Pozán de Vero, que aprobó un desafuero contra la brujería, fue la población más afectada, pues doce mujeres y un hombre fueron acusados o hicieron testamento. De esas doce mujeres se ajustició probablemente a dos y, con menor seguridad, quizá también a otras dos. Castillazuelo y Azlor promulgaron asimismo sendos desafueros. A comienzos de 1603, por último, en Salas Altas y Salas Bajas se apresó y se enjuició por brujería a ocho mujeres y un hombre, aunque resultaron absueltos. Lo que no se ha conservado de esta caza de brujas son juicios, que nos habrían proporcionado información de por qué y quiénes acusaban a estas personas. En 1616 Nadal Ballabriga, que actuó como acusador del concejo de Pozán contra alguna de esas mujeres, fue procesado por el obispo de Barbastro por supersticioso. Ballabriga se había servido, mediante un cedazo y unas tijeras, de la antigua práctica adivinatoria de la coscinomancia para tratar de averiguar cosas ocultas.
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