Nikolas Kouloglou, Ouassim Hamzaoui
Como consecuencia de la llamada “crisis de los migrantes”, que alcanzó su punto álgido durante 2015, las fronteras exteriores de la Unión Europea parecen encontrarse en una situación sin precedentes, o al menos histórica. Los flujos migratorios derivados de los diversos conflictos y situaciones de inestabilidad política en Oriente Próximo y Oriente Medio hicieron que cobrara especial relevancia la cuestión del tráfico ilícito de migrantes. Desde 2016, esto se ha manifestado en la creación de nuevas instituciones especializadas, como el European Migrant Smuggling Centre (EMSC), pero también en la intensificación del papel y la participación de Europol y Frontex en este ámbito.
Así, más allá de la escasez de elementos que permitan finalmente objetivar los efectos de estas políticas públicas sobre el control de la migración irregular, sentamos las bases para un análisis de los efectos políticos del control migratorio sobre la acción pública y el modelo de gobernanza que esta vehicula y sustenta.
En esta propuesta argumentamos que dicha “crisis” pone de relieve, de un modo sin precedentes, los vínculos que existen entre las políticas de inmigración y de seguridad, y, al hacerlo, explica la inexistencia de mecanismos de emergencia para la gestión de la migración irregular. En efecto, centrándonos en el caso de Grecia –país emblemáticamente afectado por esta “crisis”– demostraremos que, si bien logran reducir los flujos migratorios irregulares, resultan ineficaces para eliminar las redes de contrabando, y que las políticas de contrabando de migrantes de la Unión Europea revelan la incesante reconfiguración del ejercicio de la soberanía política, al profundizar las lógicas y dinámicas de externalización del control fronterizo. La propuesta se basará en entrevistas semiestructuradas realizadas en 2022 y principios de 2023 a actores griegos y europeos de alto nivel de la policía nacional, la guardia costera, Europol y Frontex.
As a result of the so-called “migrant crisis” which reached its peak in 2015, the external borders of the EU seem to be in an unprecedented, or at least historical, situation. The migration flows resulting from the various conflicts and politically unstable situations in the Near and Middle East have made the issue of migrant smuggling particularly salient. Since 2016, this has manifested itself in the creation of new dedicated institutions, such as the European Migrant Smuggling Centre (EMSC), but also in the intensification of the role and involvement of Europol and Frontex in this area.
Thus, beyond the lack of elements that finally allow us to objectify the impact of these public policies on the control of irregular migration, we lay the groundwork for an analysis of the political effects of migration control on public action and the model of governance that the latter conveys and supports.
In this proposal, we argue that this “crisis” highlights in an unprecedented way the links that exist between immigration and security policies, thus explaining the non-existence of emergency mechanisms for the management of irregular migration. Indeed, by focusing on the case of Greece–a country emblematically affected by this “crisis”–we will show that, while they succeed in reducing irregular migratory flows, they are ineffective in eliminating the smuggling networks, and that EU policies on smuggling reveal the constant reconfiguration of the exercise of political sovereignty, deepening the logics and dynamics of the externalisation of border control. The proposal is based on semi-structured interviews conducted in 2022 and early 2023 with Greek and European high-profile actors from the National Police, the Coast Guard, Europol and Frontex.
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