Federico Aznar Fernández-Montesinos
La globalización ha hecho del mundo un escenario de una gran complejidad. La guerra de Ucrania, expresión del revisionismo ruso, ha desencajado un mundo multipolar y las lógicas que lo gobiernan, lo que incrementará la conflictividad periférica. Su éxito supondría la reversión de la globalización, razón por la que habría de afrontar sus inercias. Y es que Rusia sostiene dos conflictos políticos simultáneos. Uno con Ucrania, de alta intensidad y con componentes híbridos. Y otro directamente con Occidente tratando de provocar un shock de oferta, esto es, disuadiendo a Occidente de implicarse en dicho conflicto mediante su penalización económica, social y energética. La paz por las consecuencias extremas de cualquier eventual solución debiera ser el resultado de un compromiso en el que se dirima la posición rusa y su relación con una Europa a la que pertenece
Globalization has made the world a scenario of great complexity. The war in Ukraine, an expression of Russian revisionism, has disrupted a multipolar world and its logic. This will increase peripheral conflicts. Its success would mean the reversal of globalization, which is why it would have to face its inertia. And it is that Russia sustains two simultaneous political conflicts. One with Ukraine, high intensity and with hybrid components. And another directly with the West trying to cause a supply shock, that is, dissuading the West through its economic, social and energy penalties from getting involved in said conflict.
Peace due to the extreme consequences of any eventual solution should be the result of a compromise in which the Russian position and its relationship with a Europe to which it belongs is settled.
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