Elena Tardío Cazorla, Ana Martínez Pérez, Irene Molina Fajó, María Sánchez Valdivia, Irene Sancho Valentín, Paula Tarancón Gabás
Las úlceras por presión (UPP), se definen como una lesión que se localiza a la piel y/o tejido subyacente. Se pueden formar por la isquemia, la presión y las fuerzas de cizallamiento, y la zona donde se localizan habitualmente son en las prominencias óseas.
Estas suponen un grave problema de salud y hay varios factores intrínsecos y extrínsecos que las agravan. Los intrínsecos son las enfermedades concomitantes, los trastornos neurológicos, alteraciones nutricionales, alteraciones de la circulación periférica, alteraciones o envejecimiento cutáneos. Los factores extrínsecos pueden ser la humedad (incontinencia, sudoración profusa), entorno social de riesgo, mala higiene, pliegues y objetos rugosos o extraños en la ropa y los tratamientos farmacológicos (sedantes, vasoconstrictores, inmunosupresores). Se clasifican en cuatro estadios siendo el I el menos grave y el IV el más grave y donde hay más afectación1.
La esperanza de vida de las personas ha aumentado considerablemente, y con ella las enfermedades crónicas y los pacientes con pluripatología, que suponen un gran coste económico para la sanidad. Por eso, debemos destacar la importancia de la enfermería en la optimización de recursos en la cronicidad y para educar e informar a los pacientes y a sus cuidadores ofreciendo educación para que se impliquen y participen en su salud. También es esencial que haya un abordaje multidisciplinar y una coordinación de todos los profesionales implicados en la salud de un paciente, para evitar pruebas duplicadas y para abordar y tratar al paciente de una forma integral2.
La práctica enfermera es muy importante en la prevención y el tratamiento de las úlceras ya que es uno de los problemas más comunes y el 95% de los casos son evitables. Por esta razón la enfermera debe valorar también el entorno del paciente, así como su cuidador principal, para ofrecerle información y los conocimientos para conseguir mejores cuidados y evitar su aparición3.
Pressure ulcers are defined as an injury that is located to the skin and/or underlying tissue. They can be formed by ischemia, pressure and shear forces, and the area where they are usually located is in bony prominences.
These represent a serious health problem and there are several intrinsic and extrinsic factors that aggravate them. The intrinsic ones are concomitant diseases, neurological disorders, nutritional alterations, peripheral circulation alterations, skin alterations or aging. Extrinsic factors may be humidity (incontinence, profuse sweating), risky social environment, poor hygiene, folds and rough or foreign objects in clothing and pharmacological treatments (sedatives, vasoconstrictors, immunosuppressants). They are classified into four stages, with stage I being the least serious and stage IV being the most serious and where there is the most involvement1.
People’s life expectancy has increased considerably, and with-it chronic diseases and patients with multiple pathologies, which represent a great economic cost for healthcare. For this reason, we must highlight the importance of nursing in optimizing resources in chronicity and to educate and inform patients and their caregivers by offering education so that they become involved and participate in their health. It is also essential that there be a multidisciplinary approach and coordination of all professionals involved in a patient’s health, to avoid duplicate tests and to approach and treat the patient in a comprehensive way2.
Nursing practice is very important in the prevention and treatment of ulcers since it is one of the most common problems and 95% of cases are avoidable. For this reason, the nurse must also assess the patient’s environment as well as the patient’s main caregiver, to offer information and knowledge to obtain better care and prevent its appearance3.
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