EI 4 de noviembre de 1808, por Tolosa, Napoleón entraba en España. La derrota de Bailén había conmocionado Europa y humillado al Imperio. Al frente del mayor ejército conocido de los tiempos modernos, la Grande Armée, la revancha francesa se traduce en una cadena de victorias que culminarían en el paso de Somosierra. Madrid ocupado, los ingleses acorralados en el Norte y en retirada, España sin ejércitos, Napoleón creyó solucionado el asunto español. En esa errónea creencia abandonó la Península para enfrentarse con una nueva coalición europea. Pero atrás dejaba el germen de su derrota. Sería el nudo fatal de su destino.»
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