Rebeca Cena, María Victoria Mairano, Francisco Falconier
Las emociones, en tanto prácticas sociales orientadas a la acción y a la cognición (Hochschild, 1990; Scribano, 2012), son necesarias para explicar los fundamentos del comportamiento social (Bericat, 2012). Éstas se sucintan en los vínculos sociales en los que participan las personas, por tanto, la diversidad de mundos sociales posibles encierra la potencialidad de promover una variedad de experiencias afectivas (Ariza, 2020). De allí la centralidad que las emociones en conexión con las corporalidades, presentan en la investigación social.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados