El pensamiento bioético ha introducido dos principios éticos esenciales: el respeto por las personas y la justicia.
El principio de respeto ha transformado la relación clínica y la investigación en salud, asegurando el consentimiento informado y protegiendo los derechos de los participantes en investigaciones biomédicas. En España, la reciente ley sobre eutanasia refuerza la autonomía individual en decisiones sobre la propia vida y salud. Sin embargo, mientras el principio de respeto es tangible y directamente experimentado por los ciudadanos, la justicia es percibida como abstracta y distante.
La justicia, descrita por Diego Gracia, se desglosa en: justificación del proyecto vital (perfección personal), valor social compartido (respeto a los proyectos de vida ajenos), elaboración teórica (diferentes tipos de justicia: distributiva, retributiva, conmutativa), y experiencia práctica (aplicación de teorías a la realidad y justicia como virtud).
Aristóteles considera la justicia como la virtud suprema, esencial para la eudaimonía o felicidad, ya que incluye y requiere todas las otras virtudes. La justicia se manifiesta en la convivencia y se hace concreta en la conducta ejemplar de individuos que promueven el bien común. En las relaciones personales y sociales, la justicia equitativa y la dignidad son cruciales, aunque a menudo la justicia queda en un plano más abstracto comparado con el respeto y la autonomía.
La justicia debe integrarse en la vida cotidiana y en el comportamiento personal como virtud, promoviendo un trato justo y equitativo en la sociedad. Así, dignidad y justicia se entrelazan como fundamentos de una vida moral y socialmente valiosa.
The bioethical thought has introduced two essential ethical principles: respect for persons and justice. The principle of respect has transformed the clinical relationship and health research, ensuring informed consent and protecting the rights of participants in biomedical research. In Spain, the recent euthanasia law strengthens individual autonomy in decisions about one's own life and health. However, while the principle of respect is tangible and directly experienced by citizens, justice is perceived as abstract and distant.
Justice, as described by Diego Gracia, is broken down into: justification of the life project (personal perfection), shared social value (respect for the life projects of others), theoretical elaboration (different types of justice: distributive, retributive, commutative), and practical experience (application of theories to reality and justice as a virtue).
Aristotle considers justice as the supreme virtue, essential for eudaimonia or happiness, as it includes and requires all other virtues. Justice manifests in coexistence and becomes concrete in the exemplary conduct of individuals who promote the common good. In personal and social relationships, equitable justice and dignity are crucial, although justice often remains more abstract compared to respect and autonomy.
Justice must be integrated into everyday life and personal behavior as a virtue, promoting fair and equitable treatment in society. Thus, dignity and justice are intertwined as foundations of a morally and socially valuable life.
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