Diego Cidrás, Laura Salgado Ferreira, Álvaro Dosil Rosende, Francisco Javier Noya Méndez
La Agenda 20/30 establece una serie de objetivos que llevan implícita la idea de participación pública. Sin embargo, la aplicación de estos mecanismos se ha visto lastrada en el ámbito de la gobernanza rural y urbana. Desde el ámbito académico se han formulado diferentes propuestas metodológicas que pretenden normalizar la cultura participativa en el marco de la sostenibilidad social.
Este trabajo revisa la aplicabilidad de la metodología AESP a los susodichos objetivos de participación. Para ello hemos adoptado como caso de estudio la Plaza de Abastos de Santiago de Compostela, un espacio público cuyos usos tradicionales han ido cambiando. Nuestro objetivo reside en el intento de desarrollar, a partir del método AESP, la cultura participativa tanto desde la perspectiva del planificador como de la del usuario cotidiano. Este objetivo se materializa en una doble finalidad: intrínseca, en cuanto pretende revertir los procesos “top-down” de planificación de usos de la plaza; y extrínseca, en tanto que se adecúa metodológicamente al marco práctico definido por el comité organizador de la Conferencia Iberoamericana por los ODS 2018.
A partir de él, hemos observado que el método AESP facilita el conocimiento de los diferentes actores del caso de estudio, así como mecanismos que permiten optimizar la explotación de recursos de la plaza dentro del marco apriorístico de sostenibilidad. Esto nos ha llevado a la conclusión de que el método AESP adopta un enfoque economicista que limita la comprensión y desarrollo de mecanismos de participación en proyectos que pivotan sobre el pilar de la sostenibilidad social.
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