Una tradición que se rompe: desde enero hasta junio del presente año, 34 empresas han cerrado en la Comunidad Valenciana; durante los meses de julio y agosto esas cifras aumentarán. Cada año, esas empresas volvían a salir al mercado, tras el paréntesis vacacional, en la economía sumergida. Esa solución ya no es competitiva. Aparece un nuevo tipo de emigrante: el empresario. En los sectores más dependientes de la mano de obra, por toda España, los empresarios cierran sus talleres y se trasladan a países del Tercer Mundo en busca de mejores oportunidades.
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