Los miles de miembros de la Asociación de Amigos (ADA) —18 000 desde su fundación— hicieron posible, con su colaboración desinteresada, la primera expansión de la Universidad. Según Alfonso Sánchez-Tabernero, presidente de ADA, no son gente que da dinero. «Quien ayuda no es un donante, es un amigo».
No lo dice por decir. José Luis Gracia ha entregado su vida a esta asociación y, después de jubilarse, acompaña a los amigos de la Universidad que tienen que visitar la Clínica por problemas de salud. Al fin y al cabo, es lo que hacen los amigos.
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