Marta Domínguez García, Isabel Lahoz Bernad, Marina Pola García, Elena Melús Palazón, Bárbara Oliván Blázquez, Carmen Belén Benedé Azagra
Objetivo: realizar un diagnóstico de la recomendación de activos (RA) en Aragón desde una narrativa profesional, identificando beneficios y barreras en su implementación en los equipos de Atención Primaria (AP).
Métodos: estudio con metodología cualitativa a partir de entrevistas semiestructuradas a profesionales de AP implicados en la RA. Se hizo un muestreo intencional, escogiendo a nueve profesionales con experiencia en RA formal, representativos en cuanto a distintas categorías profesionales, sectores sanitarios y lugar de trabajo (rural o urbano). El análisis se llevó a cabo de forma iterativa utilizando el software MaxQDA, se codificaron las categorías emergentes y se hizo triangulación de datos.
Resultados: surgieron temas relacionados con siete categorías: impacto en el trabajo diario, uso de recursos disponibles, extensión del programa, beneficios y efectos negativos de la RA, barreras en la implementación y sugerencias de mejora. Plantearon como condición esencial conocer la red comunitaria antes de desarrollar cualquier programa de RA para poder hacerlo de manera efectiva. Para ello, valoran positivamente las herramientas proporcionadas por la Estrategia de Atención Comunitaria, aunque precisan de algunas mejoras para facilitar su uso y disminuir el impacto en carga de trabajo. Se demostró la necesidad de mejora en la coordinación con trabajo social, así como la unificación de protocolos que ya utilizan estos profesionales.
Conclusiones: la RA es beneficiosa para profesionales y pacientes siempre que se haga de manera estructurada con un trabajo previo con la comunidad. La creación de herramientas de ayuda y formación, como ha proporcionado la Estrategia, se consideran clave.
Aim. To evaluate the effects of an educational intervention on the activation and empowerment of patients to take part in strengthening their safety during healthcare.
Method. Qualitative study using semi-structured personal interviews with 12 of the 17 patients who received the educational intervention when the traumatology department put them on the waiting list for scheduled surgery. Follow-up of the patients and interview at the end of the care process. Recording and transcription of the content of the interviews. Qualitative analysis of the transcriptions, interviewer’s notes and patients’ notebooks.
Results. The degree of activation at the onset of the process varies according to educational level and the prior experiences of each patient. Other factors, such as the professionals’ attitude and response to the patient taking part, the care setting and the circumstances in which the clinical encounter takes place, modulate the patient’s participation in their safety. The patient’s ability to act as a safety barrier is not innate: it can be learned, naturally, based on experience, or it can be acquired by means of educational activities. All patients improved their level of activation and empowerment, regardless of their starting point.
Conclusions. Patients can act as a barrier and are very keen to do so. Information and training are essential as an initial step towards their activation. Empowerment is not attained in all cases and once attained, does not remain stable. Being familiar with and considering the factors that modulate the patient’s capacity to take part will enable us to be more effective and efficient in developing future educational interventions.
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