M. V. Iglesias Muñoz, P. Fernández Zamora, A. Ramos Rodríguez, J. Santos Remesal
Las instalaciones de gas natural licuado (GNL) deben diseñarse de forma que se reduzca al mínimo el riesgo, tanto en el interior como en su exterior, para lo que debe realizarse un análisis de riesgos para su minimización con la adopción de las medidas de seguridad idóneas. Este análisis debe contemplar la identificación de las situaciones de riesgo de origen interno y externo, así como la estimación de sus probabilidades y consecuencias. Con la aplicación de un sistema de gestión de la seguridad adecuado, se podrá garantizar que se está empleando la mejor tecnología disponible para evitar o mitigar las consecuencias asociadas a las situaciones de riesgo correspondientes.
1.Introducción El GNL es un fluido incoloro en estado líquido, compuesto predominantemente de metano y que puede contener cantidades pequeñas de etano, propano, nitrógeno y otros componentes que se encuentran normalmente en el gas natural. Los riesgos potenciales ligados a la manipulación del GNL son debidos esencialmente a tres propiedades principales:
- El GNL es sumamente frío. A la presión atmosférica, dependiendo de su composición, el punto de ebullición se sitúa alrededor de los -160 ºC. A esta temperatura, el vapor es más denso que el aire ambiente.
- Cantidades muy pequeñas del líquido se convierten en volúmenes grandes de gas. Un volumen de GNL produce aproximadamente 600 volúmenes de gas.
- El gas natural, como los demás hidrocarburos gaseosos, es inflamable.
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