Oviedo, España
El agua, fuente innegable de vida, es también origen de historias y proyectos en los que, muchas veces, la incertidumbre y los fracasos han estado presentes. Torrelavega, capital de la Comarca del Besaya, es un claro ejemplo de este matiz narrativo que tiene el agua. Declarada ciudad en enero de 1895 por María Cristina de Habsburgo, pronto experimentó un extraordinario florecimiento auspiciado por su situación en el corazón de Cantabria. Los intentos de dotar a la población de agua se remontan a la década de 1870, época en la que también se valoraban proyectos como el accidentado del plano de población y ensanche. Las obras de la primera traída de aguas a la ciudad, cuyo distintivo fue el depósito de San Bartolomé, se concluyeron en la primera década del nuevo siglo. Sin embargo, el incesante crecimiento de población propició que tan problemático asunto siguiera vigente a pesar de los arreglos parciales que, desde las distintas corporaciones municipales, se sucedieron en el tiempo. La construcción del depósito de Tanos (imagen), a finales de la década de 1960, representó la culminación de las aspiraciones comunes de una población que anhelaba disponer de un servicio de agua acorde a su desarrollo
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados