Durante el siglo XVI, el Regimiento coruñés acometió dos importantes medidas para dotar de agua a sus vecinos. Tras una primera intervención, en 1565, del maestro de cantería Tristán Dargiz, el proyecto se vio paralizado por cuestiones de índole económica y burocrática. La apremiante necesidad de agua motivó que, en 1568, se contactase con otro maestro de fuentes con más experiencia en este tipo de obras. Tal responsabilidad recayó en Gonzalo de la Bárcena, maestro de fuentes de gran reconocimiento y prestigio, cuya trayectoria le define como uno de los más importantes maestros arquitectos en la España del siglo XVI. El presente artículo analiza la intervención de Bárcena en la traída de aguas coruñesa, aportando nuevos datos con respecto a esta obra de promoción municipal desde su vertiente histórica y también técnica
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