Una sola edición de Don Quixote no puede satisfacer las diversas necesidades de los lectores norteamericanos del libro inmortal. Se distinguen tres clases de lectores, y se señalan las características de las respectivas ediciones apropiadas para cada una de ellas. Se destaca la importancia del juicio del editor al enmendar como elemento clave para la calidad de la edición, frente a lo que parece ser una sobrevalorización de la interferencia compositorial en cuanto factor decisivo para futuros criterios editoriales. Los compositores de Juan de la Cuesta no merecen el desprecio que últimamente han recibido. Cuesta mismo es el autor de una obra sobre la enseñanza de la ortografía.
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