Dos años después de la crisis económica de 2001, en Buenos Aires, el poeta Santiago Vega, más conocido como Washington Cucurto, fundó la editorial Eloísa Cartonera. El proyecto puso en marcha un “modelo de negocio” que hacía énfasis en las necesidades que satisfacían los libros, trastocando la ecuación capitalista de generar valor con el fin de seguir generando más valor. A nivel estético, Cucurto realizó un movimiento similar y relegó el carácter trascendental de la metáfora para restaurar el valor de uso, lo que quiere decir que sus versos hacían sobresalir a los bienes que retrataba por su singularidad, por la función que cumplen o pueden llegar a cumplir. Sus operaciones coindicen con lo que Bolívar Echeverría define como ethos barroco, una forma de hacer y habitar que se instala en el capitalismo y subvierte sus premisas para explotar sus contradicciones y revelar otro mundo posible. Mi propuesta es que Cucurto, incapaz de sustraerse del neoliberalismo que ha penetrado en todos los rincones de la vida, trastoca los principios que lo hacen funcionar. Me aproximo a su proyecto, pues, a través de la figura del emprendedor barroco, alguien que se hace cargo de las demandas neoliberales de convertirse en un empresario de sí mismo “a medias”, insertando en su respuesta un gesto plebeyo; un gesto cuya eficacia, sin embargo, parece no ir más allá de la crisis, del momento puntual en que es ejecutado.
Two years after the crisis of 2001, in Buenos Aires, the poet Santiago Vega, more widely known as Washington Cucurto, founded the publishing house Eloísa Cartonera. The project launched a “business model” that emphasized the needs that the books satisfy, disrupting the capitalist equation of generating value to continue generating value. On an aesthetic level, he did a similar operation. He relegated the transcendental nature of the metaphor to focus on the objects his verses portray, objects that stand out for their singularity and for the need they fulfill or could eventually fulfill. Cucurto’s actions coincide with what Bolivar Echeverría defines as the Baroque ethos, a way of doing and being that subverts the capitalist premises, exploits its contradictions, and reveals another possible world. I propose that Cucurto, unable to escape from neoliberalism, which has penetrated all aspects of life, disrupts the principles that make it work. I approach his project through the figure of the Baroque entrepreneur—someone who takes charge of the neoliberal demands of becoming an entrepreneur inserting a plebeian gesture in his response; a gesture whose efficiency seems not to exceed the crisis, that is, the specific moment in which it is performed.
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