Dos años después de su separación, Alicia y Esther Koplowitz se han cobrado la revancha. Reconvertidas de la noche a la mañana en empresarias activas, las hermanas más ricas de España le han tomado gusto al despacho y hasta han empezado a sentir ya el gusanillo de los negocios. Pertrechadas en todo momento por sus fieles ejecutivos, las que fueran esposas de los Albertos en la sombra, han vuelto a dar la cara. Una cara flamante para unas cuentas flamantes como las que presentaban hace pocos días en la Junta de FCC, las siglas de su nuevo emporio, Fomento de Construcciones y Contratas, el número uno al fin, de la construcción.
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