Entre los animales que habitan el mundo está el propio ser humano, naturalmente. Como el deseo de conocimiento y la búsqueda de sentido es algo natural en nosotros, el Fisiólogo arrancó hace siglos como una tarea que solo podría ser completada con el empeño de todos. Del mismo modo podríamos pensar que la misión de dar a conocer y esclarecer el sentido del mundo a través del significado de las palabras va mucho más allá de un mero intento personal cuya tarea es ya, de suyo, tan inabarcable y compleja que excede cualquier proyecto individual. Y es así. Enseñarlo todo a través de palabras es un reto mayor que la búsqueda de un tesoro sin mapa. Por eso Covarrubias, en vez de buscar ese tesoro, lo construyó.
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