El régimen israelí está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino de Gaza; no sólo bombardea indiscriminadamente a los y las palestinas, sino que ataca infraestructuras civiles esenciales como hospitales, escuelas, universidades, campos de refugiados y edificios residenciales. Quienes sobreviven a los bombardeos tampoco están a salvo habida cuenta del muy limitado acceso al agua potable, a los alimentos, a la electricidad y a los suministros médicos básicos .
Además de matar por hambre y masacrar a los y las palestinas, el régimen israelí opera para expulsarlos de sus tierras. Lo han dejado claro funcionarios y políticos israelíes en múltiples declaraciones, así como en documentos filtrados que demuestran el propósito de transferir –un eufemismo para la limpieza étnica– a la población palestina de Gaza a Egipto u otros lugares; casi tres cuartas partes es ya población refugiada como consecuencia de guerras anteriores que Israel libró contra el pueblo palestino. Esta operación forma parte del sostenido castigo colectivo de Israel a un pueblo que se atreve a resistir a la colonización y a expresar la soberanía indígena sobre su territorio.
Este artículo sostiene que el genocidio y la limpieza étnica de la población palestina en Gaza por parte del régimen israelí es la continuación del proyecto de colonización de asentamiento sionista. Insiste particularmente en que, aunque la matanza y la expulsión de palestinos y palestinas que está llevando a cabo actualmente el régimen israelí es una aberración, no es anómala en el contexto de más de 75 años de colonización sionista.
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