El teléfono erótico se ha convertido en la nueva moda española. Las llamadas se agolpan sobre las líneas que desde mayo funcionan en nuestro país. Las estadísticas cifran una ocupación superior al 80 por 100. La publicidad y el efecto novedad han logrado que en la Administración y en las empresas privadas el principal divertimiento sea pasarse llamadas eróticas de mesa en mesa, con el correspondiente gasto público que ello supone. No importa que las excitantes voces eróticas sean grabaciones. El negocio está servido y tiene en la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) su mayor beneficiario, ya que, junto a Luis Solana, domina la empresa líder de la pornotelefonía española.
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