La demencia senil, también denominada demencia en adultos mayores, constituye un trastorno neurodegenerativo que se caracteriza por la gradual pérdida de funciones cognitivas, incluyendo memoria, razonamiento y la capacidad para llevar a cabo actividades diarias. El propósito de este artículo es examinar cómo la enfermedad afecta predominantemente a personas de edad avanzada, y su estrecha asociación con el proceso de envejecimiento. Para este estudio, se recurrió a diversas fuentes, tales como investigaciones de autores en revistas indexadas, artículos científicos, conferencias, entrevistas con cuidadores y experiencias recopiladas en la práctica clínica diaria. Con el análisis, se logró comprender cómo la demencia senil impacta especialmente a individuos que han experimentado trastornos mentales, accidentes cerebrovasculares y lesiones cerebrales, especialmente las demencias vasculares que se caracterizan por obstrucciones en el suministro sanguíneo y de oxígeno al cerebro. Además, se observa que algunas formas de demencia senil incluyen la enfermedad de Alzheimer. La conclusión principal es que el envejecimiento puede contribuir al deterioro cognitivo, manifestado en olvidos persistentes, confusión, dificultades en la comunicación y cambios en el comportamiento. A medida que la enfermedad progresa, estos individuos pueden enfrentar desafíos más significativos en el pensamiento y la función motora, impactando considerablemente en su calidad de vida.
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