Sevilla, España
Huelva, España
En la primavera de 1976 la Secretaría General de Naciones Unidas mantenía abierta la necesidad de cumplir con las múltiples resoluciones de la Asamblea General y con el dictamen consultivo del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya sobre el imperativo de garantizar al pueblo saharaui la oportunidad de expresar libremente y con garantías sus deseos para el futuro del territorio. En ese marco y con el objetivo de estudiar in situ las posibilidades reales de celebrar una consulta con garantías, un representante del Secretario General, el embajador permanente de Suecia, el diplomático Olof Rydbeck, se desplazó en dos ocasiones a la región, chocando finalmente con la actitud obstruccionista de Marruecos y Mauritania, que daban ya la consulta por efectuada y la doble anexión como una situación sin retorno.
El artículo analiza los detalles de esa misión diplomática y las conclusiones de los Informes Rydbeck
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