A diferencia de las generaciones anteriores, que quizá se mostraron más reticentes por la insistente súplica de guardar silencio hasta haber pagado la hipoteca, la Generación Z no tiene miedo a hablar y a expresarse. Y tienen mucho que decir. En este artículo, abordamos el cambio de ritmo que implica para muchos responsables de Talento gestionar el talento de esta cohorte demográfica
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