María Egea Hernández (res.)
Desde la irrupción de la pandemia COVID-19, con la paralización del ritmo de la vida a nivel global y los numerosos cambios producidos en la forma de relacionarnos, de vivir y de trabajar, la digitalización de los territorios ha sido un proceso inevitable. Las nuevas tecnologías se han impuesto en la vida cotidiana de las personas, las actuales y venideras generaciones son ya nativas digitales y la privatización del acceso a Internet es impensable para la mayoría. Debido a ello, la brecha digital existente entre los espacios urbanos y los entornos rurales está adquiriendo un notorio interés entre la comunidad científica.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados