Son muchas cosas en nuestro país que resultan inexplicables y una de ellas, aunque no me apasione, es la de aquellos que no entran fulgurantemente en la Academia de la Lengua. Es bueno que haya especialistas en la mecánica constructiva de la lengua, pero luego ocurre que escriben y apenas tienen crédito de lectores y son también escasos. Quienes deben estar en la Academia con fulgor son los grandes escritores de la época, o del tiempo, o dela contemporaneidad...
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