La Organización Mundial de la Salud define la salud como un estado de bienestar completo, abarcando aspectos físicos, mentales y sociales, resalta la importancia de la salud emocional como un pilar esencial para el bienestar integral, con un impacto notable en la vida diaria y, especialmente, en el rendimiento académico de los estudiantes. Un estudio realizado en un Instituto de Educación Superior empleó enfoques cualitativos y cuantitativos para abordar este tema. Las entrevistas semiestructuradas evidenciaron que la experiencia de nuevas vivencias durante la etapa universitaria genera picos emocionales, desviando la atención hacia preocupaciones existenciales y descuidando el aprendizaje. Además, se destacó la influencia de factores psicosociales, familiares y socioeconómicos en el rendimiento académico y la salud emocional. La evaluación de la ansiedad, depresión y estrés en 460 participantes reveló una prevalencia significativa de estos trastornos, con aproximadamente el 35% mostrando indicadores de depresión, el 52.20% de ansiedad y el 58% de estrés. Se identificó también una correlación inversa moderada entre el rendimiento académico y la ansiedad de rasgo, indicando que niveles más altos de ansiedad están asociados a un rendimiento académico más bajo. Aunque se observaron niveles elevados de estrés, no se encontró una relación estadísticamente significativa con el rendimiento académico. En conclusión, este estudio subraya la necesidad de abordar los trastornos emocionales para mejorar tanto el bienestar como el rendimiento estudiantil.
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