No es ningún secreto el hecho de que la tecnología avanza a pasos agigantados en todas y cada una de las ramas de la ciencia. Hasta tal punto ha llegado esa evolución que hoy en día es posible utilizar esos avances en multitud de ámbitos en los que la comodidad, la exactitud y la seguridad se convierten en términos que avalan ese desarrollo. Y en lo que respecta a todo aquello relacionado con la naturaleza, esta afirmación no es una excepción. Los incendios forestales son, como es de imaginar, uno de los más importantes adversarios contra los que se enfrenta la Administración Pública a través de sus Servicios de Emergencias. Bomberos, Protección Civil e, incluso Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Estos son parte de un conjunto que, coordinadamente, puede y debe funcionar para disminuir el peligro de estas situaciones y, llegado el momento, contener el avance de las llamas con la ayuda tanto de medios aéreos como terrestres. Sin embargo, para que una actuación sea verdaderamente efectiva, ese engranaje hombre-máquina que actualmente impera, debe ser evolucionado, con la ayuda de la tecnología, hasta la máxima expresión de la eficiencia. O, dicho de otro modo, hasta conseguir revertir los inconvenientes en potencialidades. Los drones son un claro ejemplo de esa tecnología emergente y revolucionaria que puede alterar el concepto de seguridad. Por ello, este trabajo se centrará en las posibilidades que estas aeronaves pueden ofrecer en un ámbito tan complejo como el de los incendios forestales, teniendo muy presente tanto las capacidades técnicas como la legislación aplicable actual.
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